Los orígenes del Castillo se remontan a finales del siglo XI, aunque su perfil debía ser muy diferente al actual, pudiendo ser un torreón de vigilancia o un recinto fortificado similar a una alcazaba de pequeño tamaño, siendo posible que los muros más antiguos existentes a niveles inferiores sean de esta época. En torno a la primera mitad del siglo XIII, año 1242 al 1244, el infante don Alfonso, futuro Alfonso X “el Sabio”, conquistó estas tierras en nombre de su padre, el rey Fernando III “el Santo” de Castilla, pasando a ser el Castillo y la Villa de Almansa parte de los límites de la Corona de Castilla.
Es uno de los parajes más representativos de nuestra ciudad, por su riqueza medioambiental y patrimonial. El aprovechamiento y uso del agua, como fuente de riqueza, junto con otros recursos naturales que en su entorno se generan, ha propiciado el asentamiento de comunidades humanas desde la Prehistoria.
Las rutas que recorren todo el paraje, permiten acercarse a la flora y la fauna característica de este entorno lacustre, la propia presa del embalse, o uno de los yacimientos arqueológicos más antiguos de la población, el Cerro del Pantano.
Nuestros orígenes, fortaleza que vigila desde el Cerro del Águila el paso del tiempo y la evolución de Almansa. Visita obligada a todo turista.
De estilo barroco y neoclásico, el santuario de Belén está formado por una iglesia y una serie de dependencias como: sacristía, camarín, museo y, en la actualidad, la recientemente construida sala de velas. La fachada se compone de una portada principal rematada en una espadaña de construcción posterior (1922). La iglesia es de planta rectangular con una nave única y coro a los pies.